Italia a golpe de cuaderno
Empezamos el viaje. Un viaje es siempre un camino nuevo por el que transitar. Puede que ese camino lo haya hecho más gente, tal vez hasta nosotros mismos lo hayamos ya recorrido más de una vez, pero siempre hay algo diferente, algo especial.
Cualquier viaje se inicia en el deseo, en el deseo de realizarlo y ese es otro camino por hacer. Nos imaginamos cómo será, qué sucederá, dónde iremos, a quien encontraremos… y en ese imaginar empezamos a hacer la maleta, una maleta que llenamos con mil cosas o «porsiacasos» pero que seguro volverá más llena de lo que se marcha.
En mi caso, llena de experiencias y dibujos. Una manera diferente de viajar que aúna dos de mis pasiones, el viaje y el dibujo.
Mi cuaderno de viaje
En ese imaginar inicial, empiezo mi cuaderno de viaje, donde, en las primeras páginas, registro mis expectativas y después inicio el viaje, siempre con el cuaderno en la mano.
En esta ocasión mi objetivo fue el norte de Italia, visitando lugares y ciudades llenas de arte pero como es ya bien sabido, Italia no se acaba nunca.
Creé una ruta que unía ciudades que me apasionaban por diferentes motivos y empecé el viaje a la par que mi cuaderno. Alguien dijo alguna vez que aquello que se atrapa en un cuaderno se recuerda con más cariño y tengo que darle la razón, puesto que cuando se abre un cuaderno y se dibuja en la calle la experiencia no acaba en el propio dibujo, siempre te llevas algo más.
Dibujando…
Un dibujo bajo la lluvia de Torino para dibujar la iglesia de San Giovanni Battista, un café en la Piazza Duomo de Piacenza, un precioso baptisterio en Parma, la hora del aperitivo en Bologna. Y todavía: un Ferrari de Maranello, la bellezas paleocristianas en las noches de Ravenna, la laberíntica y decadente Venezia con sus músicos del café Florian donde parece no haber pasado el tiempo hasta que recibes «il conto» y te das cuenta que estás en el s:XXI pero pronto viajas hasta el s:IV a Aquileia con su bella basílica.
Verano y Verona significan ópera en la Arena, mientras espero el inicio de la función es un buen momento para sacar el cuaderno. La inquietante Padova con la capilla Scrovegni, el Prato de la Valle y su inmensa basílica llena de fervientes peregrinos. Y finalmente la cosmopolita Milano.
Todo esto y mucho más cabe en un cuaderno que queda a la espera de completar sus páginas.
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Bellssimo diario di viaggio pieno di poesia e con disegni molto originali.
ottima proposta legata al tema del viaggio, con le aspettative e i dubbi che ti accompagnano per svanire nella realtà della visione del posto, dell’edificio. complimenti